domingo, 15 de noviembre de 2009

Alone

Alone.
Solo, Edgar Allan Poe.

Desde el tiempo de mi infancia no he sido
como otros eran, no he visto
como otros veían, no pude traer
mis pasiones de una simple primavera.
De la misma fuente no he tomado
mi pesar, no podría despertar
mi corazón al júbilo con el mismo tono;
Y todo lo que amé, lo amé Solo.
Entonces -en mi infancia- en el alba
de la vida más tempestuosa, se sacó
de cada profundidad de lo bueno y lo malo
el misterio que todavía me ata:
Del torrente, o la fuente,
Del risco rojo de la montaña,
Del sol que giraba a mi alrededor
en su otoño teñido de oro,
Del rayo en el cielo
cuando pasaba volando cerca de mí,
Del trueno y la tormenta,
Y la nube que tomó la forma
(Cuando el resto del Cielo era azul)
De un demonio ante mi vista.

Pensamientos Nocturnos.

Pensamientos Nocturnos.


¡Oh, Desdichadas estrellas! Vuestro destino lamento.

Vosotras que han iluminado el mar y el marinero,
Radiantes destellos que adornan los cielos;

Dioses y hombres os han despreciado:
No las aman, jamás han aprendido a amar.
Incesante e interminable danza os mueve
En el espacioso cielo, donde vuestro encanto se despliega.

Qué lejos habéis viajado, penetrantes gemas del abismo.
Demorado en mi amor, en el único amor en mí;
Confieso que yo también os he olvidado.

Johann Wolfgang Von Goethe (1749-1832)