Si en lo más hondo de nuestros corazones logramos dilucidar nuestra propia verdad y salvar de la profundidad el impulso vital que mueve nuestra existencia, tal vez salvaríamos parte de nuestro mundo ya perdido por el egoísmo y la desdicha. Quizás la música de nuestros corazones logre llegar a la inteligencia, y sean nuestras mismas capacidades intelectuales las que nos lleven a compartir ese descubrimiento individual tan importante que puede sacudirnos a todos. Pero cuidado en insistir, y creer que serán dueños de sus propios sueños, sin antes tener una ardua lucha consigo mismos y con aquella realidad que los rodea. Ser un espectador, es lo que les pido, contemplar en silencio cada ritmo de su propio ser y entender con ello el por que son como son.
Cada uno nace con destellos de ilusiones en su interior, cada uno esta dotado de un impulso tan grande y majestuoso que es capas de cambiar las propias formas del planeta en que vive. Más es importante resaltar que ese impulso es distinto para cada uno, pues, ¿no seria aburrido acaso que cada uno de nosotros tuviéramos el mismo destino?. Mis ideas tal vez parecerán aburridas, repetidas, absurdas, y ni siquiera suenen coherentes
para este mundo en el que vivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario